
Finalizando un camino bordeado de verde, se encuentra el Cementerio más antiguo de Leandro N. Alem. Las tumbas, muchas con más de setenta años, conservan inscripciones en alemán y portugués, testimonio de la diversidad cultural de los primeros habitantes. Al atravesar la entrada, una cruz blanca se alza en el centro, y a su alrededor, las sepulturas antiguas se entrelazan con otras más nuevas, mientras el monte y los cerros abrazan el lugar.